Perito judicial quién es, a qué se dedica y para qué sirve

Para hablar de perito judicial, primero has de tener claro qué es exactamente un perito.

Antiguamente, en la España de antes de la Ley General de Educación, un perito era aquella persona que, habiendo finalizado los estudios de bachiller, cumplía los 4 años de enseñanza superior, lo que después se conoció como diplomado (formación postsecundaria que duraba 3 años).

Te contamos las diferencias entre perito (o experto), especialista y científico

Son términos que a menudo se intercambian entre sí y pueden dar lugar a confusión. Un perito puede ser sinónimo de experto, un experto en alguna materia. Un científico, sin embargo, es alguien que controla el conocimiento de un área determinada. Es un hombre en busca de la objetividad total y al servicio de su conocimiento. El perito o experto, en cambio, tiene parte de este conocimiento objetivo del científico, pero, además, integra saberes de su experiencia sobre este conocimiento (casos prácticos).

En cambio, el especialista es aquel cuyo saber está restringido en un ámbito concreto de su ciencia o conocimiento y actúa siempre en aras de la objetividad científica. El perito es especialista en su ámbito, pero tiene la facultad de emitir juicios de valor, si es llamado a debates, coloquios, conferencias sobre su tema o juicios.

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El perito puede testificar ante un tribunal según su conocimiento científico y especializado sobre el tema y experiencia sobre casos ya vividos y similares, por lo que puede emitir su opinión en estas condiciones.

Las 3 cualidades que debe reunir un perito

El perito, para ejercer como tal y como categoría diferenciada del científico y especialista, debe reunir estos 3 requisitos. Toma nota:

  1. Tener un conocimiento en su haber que no esté excedido por el conocimiento del científico.

  2. Sagacidad: el perito debe ser sagaz, es decir, debe poder emitir juicios de valor que se estimen pertinentes ante un tribunal o entre los intervinientes en el debate o coloquio que precisen de sus servicios y estos juicios deben depender de su experiencia y la integración del espectro de todos sus conocimientos.

  3. Debe ser una persona con capacidades comunicativas, empáticas y verbales (tanto orales como escritas). En definitiva, un gran comunicador. Debe poseer, asimismo, el don de la asertividad.

Estas tres cualidades deben complementarse entre ellas, si alguien desea iniciar su carrera en este oficio, en los ámbitos judicial, mercantil o de otra índole. Es decir, un perito puede poseer un gran background de conocimientos, pero, si no sabe comunicar, no causará confianza en lo que dice.

Por otro lado, un experto puede poseer unas dotes comunicativas excelentes, pero estas dotes no le pueden servir para camuflar lagunas de su conocimiento como experto, situación que causaría muy mala imagen y desconfianza.

El perito judicial

Existen distintas clases de peritos: mercantiles, de caligrafía, de grafología, lingüísticos, de la propiedad intelectual e industrial, informáticos, inmobiliarios, etc.

El perito judicial también tiene varias áreas de especialización, ya que el juez puede solicitar los servicios y el testimonio de un perito para que dictamine si un escrito es original o falsificado o una persona está verdaderamente trastornada o miente… En todo caso, el peritaje judicial está regulado por ley y es una especialidad que tiene mucho peso, pues de su testimonio y valoración dependerá, en gran medida, de en qué sentido oscilará la sentencia del juez y acción de la justicia.

Por lo tanto, un perito judicial es un profesional con conocimientos profundos y reconocidos oficialmente en una materia y que, en virtud de ellos, suministra información al juez, a los magistrados, a los fiscales y a los abogados sobre los puntos en litigio que son materia de los juicios que se desarrollan.

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Al perito judicial también se le conoce como perito forense (del latín “forensis”, es decir, de la plaza pública o del foro (forum), que era un recinto sin edificar donde se celebraban los juicios a la vista del público).

Se puede desarrollar la actividad de perito por dos tipos de “llamadas”: la del juez que solicita su opinión y la de cualquiera de las partes en litigio. En cualquier caso, estos últimos deberán contar con la aprobación del juez para testificar.

El perito judicial según la ley y sus funciones

La figura del perito judicial está explicada en la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) y Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), recientemente reformadas por el poder judicial en julio de 2015.

De esta manera, la figura del perito judicial está reconocida en el artículo 340.1 de la LEC y establece que son profesionales que “deberán poseer el título oficial objeto del dictamen” y, en el caso de que su profesión no esté regulada u homologada por los títulos profesionales oficiales, tendrán que ser “nombrados por personas entendidas en aquellas materias”.

Asimismo, la LECrim, en su artículo 457, también establece esta dicotomía entre “titulados” y “no titulados”. En todo caso, a aquellos que carezcan de título oficial por razón de su materia, pero tengan conocimientos o prácticas especiales en alguna ciencia o arte se les llamará “personas entendidas” y no peritos.

De ahí la capital importancia de seguir un curso de peritaje y dotarse de la correspondiente certificación académica.

El perito judicial no solo testifica ante el tribunal y en el juicio. Sus funciones son mucho más amplias y comprenden las de ejecutar, aplicar y usar todas las técnicas y los recursos que sean válidos en su ámbito para investigar, probar o refutar ciertos hechos. En este aspecto, tienen cabida las de recolectar pruebas, asegurarlas, preservarlas y manejar la cadena de su custodia con el fin de esclarecer la verdad.

El perito judicial es un tipo de personal que, sin pertenecer al cuerpo de la Administración de Justicia (no son funcionarios de carrera, como los gestores o tramitadores procesales), ejerce funciones de auxilio judicial como las que desarrollan el cuerpo de médicos forenses, los técnicos de laboratorio del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses o la policía judicial.

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Efectivamente, el juez no está obligado a saber de todos los temas que atañen en un juicio, pero sí a requerir a personas que certifiquen sus conocimientos sobre estas cuestiones. Por esta razón, tiene que recurrir a especialistas en la materia, quienes le suministrarán los fundamentos objetivos y su valoración imparcial sobre el objeto que le requiere el juez a fin de que este pueda emitir su dictamen.

De ahí la trascendencia de los peritos, paradójicamente una de las responsabilidades menos estudiadas  del proceso judicial.

Requisitos para ser un perito judicial

En España, la ley establece 5 requisitos para ser perito judicial:

Como primera condición, todo aspirante a perito judicial debe carecer de antecedentes penales. Eso quiere decir que, antes de tomar decisiones que afectan un juicio, uno no puede haberse sentado en el banquillo de los acusados y haber sido declarado culpable por un juez o tribunal.

Los peritos, para poder ejercer como tal, deben de cumplir con una serie de requisitos además que la de tener el título que acredita que tienen conocimientos.

A su vez, los peritos, normalmente, no han de poseer ningún tipo de antecedente.

  1. Atención a la reforma del Código Penal en vigor desde julio de 2015: las faltas quedan englobadas en la categoría de delitos, por lo que, si a alguien le han condenado en un juicio, por ejemplo, por una multa de tráfico y ha sido declarado culpable, sus antecedentes penales prescribirán a los 6 meses (en el caso de un delito leve) o 2 años (en el caso de un delito grave).

  2. El segundo requisito es el de la titulación. Por ejemplo, si se quiere ser perito judicial inmobiliario, se debe poseer el título de arquitecto y acreditar un curso de perito judicial que faculte para ejercer como perito.

  3. El tercer requisito es la práctica, es decir, saber peritar. Para ello, se deberá seguir el curso de peritaje judicial ofrecido por las academias, las cuales facilitarán el título que acredita que esta persona puede ejercer el peritaje.

  4. El cuarto requisito es administrativo: como en las reglas de ingreso para las carreras de la Administración de Justicia, se exige un mínimo de titulación académica para presentarse como perito. Este pasa por poseer la antigua FP2, lo que equivale al actual Ciclo Formativo de Grado Superior.

  5. El último requisito para ejercer como perito es figurar en las listas de algún colegio profesional. Es un requisito imprescindible para peritar en un juzgado, a petición del juez o de las partes, pues venga la petición de la parte que venga, se acudirá siempre a las listas de los colegios profesionales (nunca se hará el nombramiento al azar, para evitar amiguismos o irregularidades).

Una vez cumplidos los requisitos anteriores, esta es la parte más sencilla, ya que una vez conseguida la titulación del curso que faculta a uno para peritar, solo hay que inscribirse en el colegio profesional pertinente y pagar la cuota.

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Hemos de destacar que el quinto requisito, estar inscrito en un colegio profesional, se presta a la polémica, ya que hay colegios profesionales que, para la inscripción, no exigen que se pase el curso adecuado.

No obstante, para ser un perito, no basta con ser un experto en la materia, sino que hay que saber redactar un informe y conocer a la perfección todo el procedimiento judicial (cómo redactar el informe y proceder y actuar en un juzgado), por lo que realizar el curso de perito judicial es un requisito imperativo en el caso que no sea imprescindible para el colegio en el que se quiere uno inscribir.

Los honorarios del perito judicial

“¿Cuánto cobra un perito judicial?” es una pregunta muy repetida entre quienes se plantean llevar a cabo el curso de perito judicial en una academia. De hecho, es una pregunta muy importante. Tanto que su respuesta a la misma es algo ambigua.

La razón por la que es ambigua se debe a que, al igual que el ejercicio exacto de sus responsabilidades no está profundamente regulado, tampoco lo están sus honorarios, como lo estarían los de cualquier miembro de la carrera judicial o Administración de Justicia o abogados y procuradores.

Te ha de servir como referente que, hace algunos años, los mismos colegios donde los peritos judiciales estaban inscritos ofrecían un baremo en el que se calculaban sus honorarios según las características de la acción pericial llevada a cabo. Así pues, en el caso del perito judicial inmobiliario, se valoraba en este baremo la visita al juzgado, la visita al inmueble a tasar, la redacción del informe del perito, el levantamiento de planos y toda prueba que se tuviera que llevar a cabo. Esto facilitaba mucho las cosas a la hora de calcular los honorarios y, además, los uniformaba.

Lamentablemente, esto no procede en los tiempos actuales (los colegios tienen prohibido dar este baremo por razones de las leyes de competencia) y cada perito debe calcular sus honorarios , lo que es un arma de doble filo, ya que si bien permite más flexibilidad, se producen contradicciones y abusos.

Sin embargo, te recomendamos que, antes de aceptar el encargo de peritaje, hagas una estimación del presupuesto que incluya los gastos de desplazamiento, las horas que vas a pasar en los juzgados, las visitas a los inmuebles, los costes ocasionados por la redacción del informe (la tinta, la encuadernación, el papel, etc), horas empleadas en ´wl, etc.

Hay que ajustar los honorarios del perito a la media, pues si bien las partes no pueden solicitar otro perito, una vez haya sido nombrado por el juez, sí que pueden impugnar unos honorarios desmesurados.

Peritaje judicial: una profesión interesante en todos los sentidos

En todo caso, la remuneración de un perito es muy interesante. Pero no es interesante la profesión solo por el dinero: trabajar como perito judicial es una profesión excelente que realiza a la persona, pues, por un lado, sobresale en su área de conocimiento; y, por otro, tiene un gran peso moral y ético, ya que sabe que de su visión depende una resolución judicial que tendrá consecuencias en la vida de las personas y organizaciones.

¿Qué es un perito judicial?

El perito judicial es la persona que ha adquirido unos conocimientos a nivel profesional a través de la realización de unos estudios a nivel superior y que se encarga de otorgar a los Tribunales de Justicia la información que estos requieran sobre casos que necesitan de peritos plasmados en informes periciales para poder obtener un dictamen.

Según la Real Academia Española, la definición de perito es: “persona que, poseyendo determinados conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos, informa, bajo juramento, al juzgador sobre puntos litigiosos en cuanto se relacionan con su especial saber o experiencia

En cuanto al término judicial, lo define como “perteneciente o relativo al juicio, a la administración de justicia o a la judicatura.” En otras palabras, el perito judicial, también conocido como perito forense, es un profesional que dispone de conocimientos y habilidades reconocidas a través los estudios desempeñados para poder aportar en aquellos procedimientos judiciales en los que sea preciso información y opinión de gran relevancia para poder llevar a cabo sentencias basándose en los hechos que han tenido lugar.

La información y opinión aportada en los procedimientos judiciales juega un papel fundamental, ya que puede ser información vital para que un proceso tenga una sentencia justa y razonable, siempre basándose en las pruebas que haya recogido dicho profesional.

Señalar que los peritos judiciales son profesionales con la capacidad de ejecutar, aplicar y emplear todas las técnicas y recursos precisos de una forma científica para llevar a cabo una correcta administración de todo el proceso como por ejemplo la recolección de pruebas, aseguramiento, preservación, manejo de la cadena de custodia, entre otras muchas labores o tareas.

Es decir, la profesión del perito judicial debe de estar principalmente sujeta bajo unos estrictos e inequívocos parámetros de objetividad, imparcialidad, así como independencia, ya que no basta única y exclusivamente con disponer de una formación adecuada. Existen diferentes tipos de peritos judiciales, aunque las más habituales son criminalista, industria, medio ambiente, bienes inmuebles, comunicaciones, arte, fotografía, salud y medicina, comercio, empresas y corporaciones, entre otras muchas especialidades.

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Como resulta evidente, el perito judicial no debe aceptar ningún tipo de encargo o trabajo que no sea su competencia o para el cual no disponga de los conocimientos necesarios para su correcta actuación. Este tipo de profesionales deben hacer uso de métodos y prácticas de la más alta calidad y fiabilidad posible durante toda su actuación. Tampoco hay que olvidar señalar que todo perito judicial ha de ser organizado, ha de ser cuidadoso y meticuloso con todo el trabajo a realizar con la finalidad de evitar errores que puedan salir muy caros en los distintos procedimientos judiciales.

¿Cómo trabaja un perito judicial?

Un perito judicial, primero que nada, puede ser designado por una parte o ambas partes del caso a resolver o puede, también, ser designado directamente por el juez que esté a cargo del caso. Dicho perito que sea propuesto por una o por ambas partes, debe ser aprobado por el juez antes de empezar con la realización de su trabajo.

El trabajo del perito consiste, en demostrar , en base a la realización de un estudio exhaustivo del caso y con las pruebas pertinentes, las respuestas que el juez no ha podido obtener de otras fuentes para poder llevar a cabo la resolución efectiva del caso en el que se está trabajando.

Estas pruebas, que serán redactadas y detalladas de manera clara y concisa por parte del perito o peritos a cargo, pueden ir también acompañados de fotos, objetos o cualquier otro tipo de prueba que el o los peritos consideren clave para que el juez pueda llegar a la resolución de dicho caso.

Cabe mencionar también que el perito trabaja con el juez bajo juramente y promesa de decir la verdad con cada prueba que aporte.

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